Por Franco Garrido P.
Desde que existe, la industria del Idol ha significado una cosa: buena onda Japonesa. Numerosos grupos han masificado su música con la imagen de ciudadanos japoneses ejemplares, gente bonita, inocente, tierna y alegre; ejemplos como Morning Musume o AKB48 son la imagen viva de esto. Sin embargo, desde comienzos de esta década el género tomó un rumbo nuevo.
Influenciadas por la abrupta aparición de BiS, un grupo de pop japonés que extendió el concepto el “alt” Idol, la imagen de estos grupos ha tomado una dirección radicalmente opuesta. De vestidos de sirvienta a mini faldas, y de pasos de baile alegres al headbang y moshpits.
Con BiS en el mapa y el rápido ascenso de BABYMETAL en oriente y en occidente, tanto la estética como el sonido estaban definidos. Ropa negra, rebeldía y una mezcla entre pop japonés y metal eran los ingredientes para la receta de esta nueva apuesta, aunque claro, la barrera entre estos grupos y los tradicionales del género era aún muy grande.
Japón fue, durante la primera década de los 2000, el mayor exportador de pop de su continente. Los grupos de música japonesa fueron todo un suceso durante comienzos de siglo y, tras todos estos años, la cultura nipona prevalece como un tópico importante entre las comunidades alternativas, no obstante, hace mucho que el fervor por el pop del sol naciente se apagó.
BABYMETAL fue la banda encargada de sacar a Japón del olvido y volvió a ponerlos en el panorama mundial, aunque esto se explica por su origen, muy distinto del común de los grupos de esta escena. “BABYMETAL es un caso especial, empezaron como parte de Sakura Gakuin y siguieron el modelo idol tradicional. No hacen nada impropio y son fuertemente censuradas. La única diferencia entre ellas y otros grupos de idol es el tipo de música que hacen”, explica John Winner del sitio Straight From Japan y presentador de The Alternative Idol Podcast.
Según John, la mayoría de los grupos alternativos de idol no corren la misma suerte. A BABYMETAL las representa el grupo Amuse, que invierte millones en publicidad para ellas, en cambio, gran parte de la escena está sujeta a pequeñas compañías locales y, en algunos casos, son autogestionadas y no tienen el dinero suficiente para hacer publicidad fuera de Japón o de sus ciudades de origen.
Los grupos más pequeños suelen hacer un trabajo propio de escenas que viven bajo una ética de DIY (do it yourself) como el hardcore punk o el punk rock. Repartir panfletos de tocatas en la calle y el pasar el dato de boca a boca son maniobras cruciales al momento de hacer crecer un grupo de alternative idols, pero no garantiza nada. Gran parte de los grupos comienzan con eventos cuyo público pueden ser contados con los dedos de las manos, por lo que el apoyo mutuo es un factor clave.
Aunque, para ser justos, ningún movimiento musical japonés busca atención fuera del país. Por lo general, el público nipón es bastante reacio a consumir cultura occidental, aunque es considerada algo muy exótico, suelen preferir a sus artistas locales emulando a los artistas norteamericanos, que a estos últimos en sí. De hecho, desde 1980, sólo cuatro artistas occidentales han logrado un primer puesto en la lista Oricon, el equivalente japonés de lo que conocemos como Billboard.
A pesar de la poca fama de algunos grupos, el movimiento ya tiene reconocimiento y ha dejado una marca en la escena local nipona. La notoriedad que han adquirido algunos grupos les ha garantizado firmar con grandes empresas. PassCode con Universal Japan, BiSH (grupo sucesor de BiS) con los gigantes Avex y BiS por Nippon Crown Stones, lo que ha llevado a estos grupos a presentarse por todo el país. Otros grupos como BABYMETAL y Necronomidol han podido cruzar el océano y llegar a Europa y Norteamérica, respectivamente.
El impacto de la escena idol alternativa en la tradicional ha ido escalando gradualmente y varios grupos han ido absorbiendo dinámicas impropias de la industria del pop. Elementos de rock pesado han comenzado a ser utilizados por grupos como 強がりセンセーション (Tsuyogari Sensēshon) o PASSPO☆; mientras los grupos heredemos de BiS, como BiSH y EMPiRE se han encargado de traspasar la madurez y el abandono de la inocencia a otros.
La industria musical japonesa se mueve por si sola y bajo sus propios estándares. Los grupos se arman y desarman de un día para otro, especialmente en el universo idol (pregúntenle a Morming Musume con sus 14 generaciones), por lo que es muy probable que el movimiento del alt idol sea el próximo gran producto nipón que llegue a occidente.