Este domingo se realizó la última jornada de Lollapalooza Chile, el mega festival culminó con los shows de Tame Impala, Jamie XX y Twenty One Pilots.
En un nuevo sofocante día, los cinco escenarios dispuestos en el Parque Bicentenario de Cerrillos, se prepararon para la última maratónica jornada de música. Lollapalooza Chile vivió su día más roquero y cargado a las guitarras. Todo comenzó con los shows de las bandas nacionales, Spiral Vortex y Plumas, quienes en el escenario Costanera Center y Axe Stage, ya encendían los ánimos al ritmo del rock. Por otra parte, el popular dj de música urbana, Pablito Pesadilla, destacaba en el escenario Perry’s Stage. Tras un atraso en la recepción de los equipos del músico, Yungblud, los horarios de varios escenarios fueron modificados en media hora. Así, media hora más tarde de lo pactado, uno de los músicos nacionales más populares, Alex Anwandter, se presentó en el escenario Costanera Center lidiando con el fuerte sol que pegaba de frente, esto no impidió que miles de personas cantaran canciones como «Tormenta» y «Siempre es Viernes en mi Corazón«. El músico es un show seguro, que reúne a miles de personas, ya sea llenando un Teatro Caupolicán o a las 15:30 horas de un Lollapalooza.
Tras un cambio de escenario, Panico, selló su regreso al circuito musical con una estruendosa presentación, marcada por los altos volúmenes y afilados riffs provenientes de una de las bandas de rock más interesantes de las últimas décadas. Por otro lado, otra banda nacional marcaba uno de los puntos álgidos de la jornada, Gufi, descargaba todo su pop punk en el escenario Aldea Verde, un lugar ideado para bandas emergentes, que a los punks de los 2000s les quedó pequeño. Gufi logró reunir a miles de personas el pequeño espacio destinado a su presentación, las cuales con la nostalgia en el pecho, cantaron a coro canciones como «Paul«, «Mejor Muertos que No Juntos» y «Por Ella«, pero también tuvieron espacio para los viudos de Blink-182, tocando el cover «The Rock Show«, dejando un claro que gran parte del público de este día, iba a ver a la banda norteamericana que se bajó a solo días de su presentación en nuestro país.
Los comentarios entre los asistentes fue categórico, a Gufi los subestimaron, asumiendo que no convocarían a las miles de personas que, muchas de ellas, sólo pudieron cantar a coro las canciones, ya que desde la distancia, poco o nada se veía el escenario.
En el escenario Costanera Center y con una entrada de «Tren Al Sur» de Los Prisioneros, Wallows, entraba al escenario entre gritos y aplausos. La popular banda juvenil de rock alternativo desató euforia en su breve presentación. Con miles de personas recorriendo el extenso parque Bicentenario de Cerrillos, muchos de ellos se reunieron para ver a una leyenda de la música y los dueños de casa. Jane’s Addiction, la banda del fundador de Lollapalooza, Perry Farrell, descargó parte de su discografía, aunque faltando grandes canciones y claro, con la ausencia de Dave Navarro, quien no pudo ser parte de la gira. El líder de Jane’s Addiction tuvo palabras para referirse al presidente Gabriel Boric, de lo cual dijo: «Oí que tienen un nuevo presidente y que conecta con la gente». Con show breve, el paso de los norteamericanos, una vez más por el festival, es un paso obligado. La banda se prepara presentarse en un sideshow el próximo martes 21 de marzo en el Teatro Caupolicán.
Mientras Yungblud hacía de las suyas en el escenario Axe Stage, al mismo tiempo se subía al escenario Costanera Center una de las bandas más esperadas de la jornada, The 1975, entró a escena tomando vino chileno para descargar parte de sus éxitos que lo han convertido en una banda con una fanaticada fiel. Apenas comenzó la canción «If You’re Too Shy (Let Me Know)«, los miles de asistentes se rindieron a los movimientos de su vocalista Matthew Healy, que a los tragos, también sumó un cigarro. A pesar de los movimientos erráticos, logró conectar con el público y no perder la capacidad de dar un buen show. The 1975 es otro número seguro de este Lollapalooza, es una banda que logra encantar a sus seguidores con la estampa de «rockstar«, pero adaptado a un público juvenil.
Con la oscuridad de la noche ya resaltando las luces artificiales que decoraban el festival. Era el momento de recibir al proyecto de Kevin Parker, Tame Impala, el cual desde hace una semana causaba expectación por el estado de salud de su creador. El músico australiano informó a que fue operado de la cadera tras un accidente, hecho que preocupó a los fans y organización del festival, pero finalmente el proyecto no se vino abajo. Parker se presentó en el escenario Banco De Chile apoyado de dos muletas y su banda de apoyo. Tras una atrapante introducción, el músico comenzó a descargar una cantidad de canciones, que a esta altura, se han convertido en verdaderos hits.
Lo que logra Tame Impala es impresionante, canciones como «One More Year«, «Borderline» o «Elephant«, son una oda a la psicodelia rockera de los años 70s, pero con la modernidad que solo Parker ha sabido integrar a su proyecto. El juego de luces y la propuesta sonora del intérprete australiano envuelve a miles de personas en viaje sonoro indescriptible. «Let It Happen«, «The Less I Know the Better» y «New Person«, «Same Old Mistakes«, fueron parte de la jornada, siendo parte de un setlist que no pudo dejar insatisfecho a nadie, cargado de las canciones más exitosas del proyecto. Tame Impala marca uno de los mejores shows de las tres jornadas de Lollapalooza, uno que no necesita mayor escenografía o puesta en escena, es un verdadera incursión por la mente y las ideas de Kevin Parker.
La última jornada de festival la cerró Jamie XX en el escenario Perry’s Stage, Melanie Martinez en el Axe Stage y el proyecto más esperado de la jornada, Twenty One Pilots, banda estadunidense que aceptó el reto de reemplazar y asumir la baja de último minuto de Blink-182, en el escenario Costanera Center, así obligando a un recambio de público de manera apresurada. Pero el proyecto de Tyler Joseph y Josh Dun no decepciona. Con una fanaticada fiel, los músicos se han presentado anteriormente en dos ocasiones del festival, dando shows memorables y esta no fue la excepción. Twenty One Pilots regaló una presentación entretenida, impredecible y apto tanto para fans como para quienes los están descubriendo ocasionalmente. Los norteamericanos son una banda de estadio y sobre todo de festivales. Con un setlist cargado de éxitos y guiños, como lo fue el cover a «First Date» de la banda de pop punk que tuvieron reemplazar a gestos hacía la música chilena, como lo fue una breve melodía en trompeta de «Loca» de Chico Trujillo y «Mira Niñita» de Los Jaivas. Lo que hace TOP está dentro de los manuales de «cómo realizar un buen show», son dueños del escenario y domadores de miles de personas.
Tyler y Josh una vez más dejan en alto el nombre de su proyecto, son capaces de escalar tarimas, surfear por las cabezas y tocar batería encima del público, y esto no es metáfora, realmente lo hicieron. A pesar de que Twenty One Pilots no se asimila a Blink-182, son una banda segura para cualquier estadio o festival y fueron los encargados de cerrar los tres días cargados de música de una manera sublime.
Una nueva versión de Lollapalooza llegó a su fin, pidiendo a gritos volver al Parque O’Higgins, lugar original de su realización. A pesar de los esfuerzos realizados en el Parque Bicentenario de Cerrillos, la falta de sombra, tanto natural del lugar como por parte de la producción, lo mal cuidado de las instalaciones y las largas distancias que recorrer entre un escenario a otro, solo entregan puntos negativos al festival más grande que se realiza en nuestro país. Resistiendo lo accidentado de su producción previa, «El Lolla» regala una vez más un encuentro cultura, un respiro y relajo que la salud mental de la población chilena agradece. El festival nos acerca al mundo, a los artistas que muchos soñamos con ver y a disfrutar tres días perdidos en la música.