Las voces suenan como un mantra, penetrantes y casi místicas. Es el sonido característico de The Blaze, un sonido que permitió al dúo francés cruzar continentes. Con su segundo álbum Jungle, regresan cargados de nuevas experiencias de países recorridos durante sus giras, llevando aún más lejos sus visuales y su música. Para The Blaze, estas dos nociones son inextricables, interdependientes: The Blaze hace música decididamente electrónica, inseparable de los visuales, videos que realizan enteramente ellos mismos a menudo ambientados en junglas urbanas, que son fuentes inagotables de vida e inspiración.
Formados en 2016 por Guillaume y Jonathan Alric, ambos procedentes del mundo del cine y la fotografía, The Blaze se dieron a conocer de inmediato con el lanzamiento del video de ‘Virile‘, al que siguió ‘Territory‘, del EP homónimo. Fue un impacto visual multipremiado que ha sumado casi 100 millones de views. Estos dos videos atrajeron la curiosidad del público y de la crítica, sobre todo por sus escenas de comunión. Las voces profundas, que suenan como salidas de lo más profundo del alma, adornaban producciones refinadas, sintéticas y lineales, siempre en aras de la unidad. Después llegaron los videos de ‘Queens’ y ‘Heaven’, que anunciaban la llegada de su álbum debut Dancehall, que consolidó su estatus a largo plazo en la escena musical internacional.
En Jungle, los dos productores, que también son primos, han decidido ser más versátiles sin abandonar sus convicciones. El primer single, «Dreamer«, es fiel a su estética. Es el eco de una reconexión con sus raíces, como se muestra en el video de «Territory» (el que les dio a conocer), con el mismo deseo de siempre retratar la vida de los marginados. En el papel de la protagonista está Birane Ba, pensionista de la Comédie Française, que ofrece una interpretación impregnada de determinación y liberación. «Buscamos un aspecto humano en los lugares donde imaginamos que es menos feliz, y sacamos de ello poesía y contrastes», explican Guillaume y Jonathan.
Este nuevo álbum se basa en un patrón off beat, producido sobre sintetizadores que actúan como un bienvenido compás electrónico, una base alrededor de la cual The Blaze teje e inventa su lienzo musical. Esto es característico del otro single ‘Clash‘, una lenta progresión pop llena de optimismo. The Blaze revela su deseo de variar las texturas vocales, favoreciendo las armonías, los unísonos y los cantos encantados solistas. Este nuevo paradigma también impulsa ‘Lonely‘, donde se presta especial atención a la meticulosa melodía y a las conmovedoras progresiones de acordes. A veces, su sonido natural vuelve al galope para multiplicarse por diez, con voces al unísono amasadas, como en ‘Madly‘. Aquí todo está en la acumulación, donde se nota la influencia de las giras anteriores y que está hecha para las giras venideras. «Para este álbum, realmente imaginamos cómo sonaría nuestra música en vivo. Viajar, sentir realmente al público y observar sus reacciones, nos empujó hacia esta estética». Su enigmático discurso se tiñe de claridad, volviéndose lúcido antes de encontrar oscuridad y misterio en los temas ‘Siren‘ y ‘Haze‘.
Con Jungle, The Blaze continúa su exploración del movimiento. En la portada del álbum, la ciudad parece formar una ola gigante, estar en todas partes a la vez. Sin embargo, en medio de esta efervescencia se esconden las historias íntimas que tanto inspiran a los dos músicos. Pablo López Luz, el fotógrafo que tomó la instantánea, captó la esencia y la locura de Ciudad de México, una urbe colosal y arquetipo de los lugares de paso de los que te vas, te encuentras o te pierdes. Todo esto se puede encontrar en The Blaze y en su nuevo álbum, todo lo que permite al dúo encarnar su época y añadir su toque único.
