El invierno azota las mañanas con fuerza, algunos ya salen de vacaciones, otros están en las últimas instancias del semestre, otros siguen su vida como si nada estuviese pasando y así, el mundo sigue su curso. Entre toda la locura que trae consigo la ciudad, existe un momento para perderse, y no hay mejor forma que perderse que en las películas. Por eso, hoy haremos una reseña de la película Yo soy Sam (2001). Protagonizada por un irreverente Sean Penn, la magnífica Michelle Pfeiffer, y una pequeña luz que empezaba a brillar, Dakota Fanning.
Y sí, la puedes encontrar en Netflix.
Por Javier Caamaño

El mundo es un lugar difícil para vivir. Hay muchas cosas que te impiden caminar más allá. Nuestras propias limitaciones son una de esas. Para Sam, no había solo una o dos limitaciones, él era su propia limitación. Sam Dawson, interpretado por Sean Penn, actor mediático, que además se ha sumergido en otros grandes drama como Into The Wild, da vida perfectamente a este personaje. Cuando vi la película, realmente no podía imaginarme alguien que no fuera este actor. Esta actuación lo llevó a puertas de un Oscar, no ganó, pero sin duda tenía merecimientos. Sam Dawson, era un trabajador de Starbucks que un día debe correr al hospital porque tendrá una hija, que es la referencia viva a The Beatles, empezando por su nombre, Lucy, que nace de la canción Lucy In The Sky With Diamonds. Su madre la abandona, Sam se queda en soledad. Inhibido, intenta llegar con Lucy a casa y empezar a vivir un nuevo mundo en un pequeño apartamento. Eso no es lo complicado, lo complicado… es el paso del tiempo.

Sam Dawson tiene un retraso mental, su mente es la de un niño de 7 años, y Lucy interpretada por una niña Dakota Fanning, quien por este papel fue en aquel momento la más joven en ser nominada a un premio por el Sindicato de actores y que nos dejaría al borde del asiento en series como The Alienist, está a punto de cumplir 7 años. ¿Qué puede hacer Sam ante eso? ¿Aprender? ¿Cómo superarse asi mismo?.
La verdadera trama de la película da inicio cuando Lucy es arrancada de los brazos de su padre. Su deterioro cognitivo, y otros incidentes que logramos ver al inicio de la película, hacen explotar una bomba judicial. Sam, uno de aquellos apartados por la sociedad, está contra la misma y los jueces de la sociedad. Tras ello, será Rita, una desalmada abogada interpretada por Michelle Pfeiffer, su mejor amiga.
Hay cosas que nos sorprenden en la película. Una paleta de colores con azules y verdes predominante, reglas de tercios, un rojo sobresaliente entre el azul, una paleta colores que nos lleva a los años noventa. Hay mucha simetría además en escenas del juzgado, o las bibliotecas, así de igual forma los restaurantes que tienen colores que nos alteran, al igual que se altera el protagonista.
La trama avanza lentamente, es de esas películas con que puedes comerte algo sin dejar de verla. La película avanza como una montaña rusa, cada escena resuelve una pregunta hecha una escena antes. Nos sensibiliza, nos hace pensar sobre qué es realmente lo correcto. El amor o la razón. Existen dos formas en la que ver la película, ser aquella persona que desea que Sam esté junto a Lucy, o aquella persona que cree que un futuro mejor para Lucy sería estar alejada de su padre para su crecimiento como persona sin carencias. Lastimosamente lo que pasa al final, no te la puedo decir aquí, solo expresarte lo que hace sentir la película.

Yo Soy Sam, nos muestra las barreras que nos pone el mundo. Habla sobre lo que excluye el mundo. Nuestro protagonista tiene amigos discapacitados interesantes de analizar, sindrome de down, obsesivos o todo lo que parece raro en una sociedad. Son aquellos amigos, los que nos devuelven un poco la fé en el mundo, teniendo una de las escena más notables y amadas, o como diría Te lo Resumo así no más, una de las escenas más amadas por toda latinoamerica unida. En un momento de la película, aquel grupo junta dinero entre todos para comprarle zapatillas a Lucy, ya que el pauperrimo sueldo que entrega la comida rapida, no permite a Sam pagarlos. Tras ello, vendría una de las escenas más notables de la película, una clara referencia a Abbey Road. La caminata por el paso de cebra, teniendo cada uno en sus manos un globo.

Las referencias a The Beatles aparecen constantemente y de forma muy literal. Es el propio protagonista el que contextualiza el mundo alrededor con canciones de la banda. Además, la frase más iconica de la película, y que en cierta forma nos pone en jaque si ves la película desde un punto racional y frío, All you need is love, todo lo que necesitas es amor. Al final ¿No es el amor lo que mueve el mundo? Las cosas van y vienen, un auto puede cruzar ante ti, puede destruirse en el camino, pero un recuerdo guardado con la sensibilidad es algo único. Nos hace quedarnos entre los brazos de alguien, evitando que aquel auto nos hubiese atropellado. El amor, mueve esta película.

La película tiene muchas partes llena de sensibilidad, y una de mis escenas favoritas ocurre casi en el tramo final de la película. Cuando vas perdiendo, cuando el mundo te gana, cuando todo indica que no eres nada. Sam Dawson, tiene una pequeña forma de canalizar todo, hacer gruyas de origami. Aquello llega a tal, que, en una de las partes más tristes de la película, hace una muralla de origami, Rita, su abogada habla con él a través de ella. Sam se aísla, la vida no se detiene por él, ni por nadie. Es aquí cuando Rita, destruye aquella muralla y da paso a un diálogo de llantos y gritos. Sam, explota, un diálogo que trata sobre los intentos y fallar. Una y otra vez. Ese es su destino para él. Intentarlo y seguir fallando. Corona la frase hablando sobre lo perfecta que es Rita, sobre que ella es normal. Es tras esto, cuando su abogada explota en llanto, y es aquí cuando de igual forma nos damos cuenta de que la tristeza no está tan lejos, las limitaciones propias y aquello que nos envenena. Intentarlo, fallar, sobre si realmente lo estamos haciendo bien. Una desalmada abogada, rompe en llanto, un llanto sensible que hace al espectador quedar en silencio. La muralla que derriba Rita, es aquella que los dividía de ser diferentes, en ese momento eran iguales, es aquella muralla en la que se había aislado Sam, aquella muralla emocional que igual tenía Rita. Ahora eran uno. Así debería ser el mundo al final.

La película tiene una recta final emocionante. Llena de emociones. Al final, para eso son las películas. Algo interesante es que esta película no fue tan bien recibida por la crítica en su momento, y aún hay muchos que dicen odiarla, pero al final, los gustos son subjetivos. Está bien si lloras al verla, si sonríes, si no te gusta, si no sientes nada o si lo ves de otra forma. Todos somos únicos y todos podemos despertar cada mañana y ver la vida de forma diferente.
Yo Soy Sam, es una película para sentir. Con una excelente banda sonora acompañado por The Beatles e incluso Eddie Vedder. Un drama que nos hará ver más allá, que nos recordará quienes nos rodean y que nos hará sentir únicos y dará sentido a una frase del libro El Principito: Lo esencial es invisible a los ojos.

Todo lo que necesitas es amor.