Charly Benavente la Scd Plaza Egaña: Cómplice de la nostalgia

Charly Benavente presentó su nuevo single «La Nueva Guerra» este jueves en la Scd Plaza Egaña, show que tuvo grandes invitados y que mostró parte de la discografía del cantante y compositor.

Por Javier Caamaño / Fotografías por Francisco Millan G

Oriundo de la octava región, Charly Benavente, ex–The Voice, se presentó la noche del jueves 18 en la SCD de Plaza Egaña. Una gran puesta en escena, un gran público y estreno de nuevo material, un buen espectáculo que adornó la noche de nostalgia y complicidad. Un espectáculo íntimo, que hizo sentir a sus asistentes inhibidos en emociones que aparecían mientras la voz de Charly nos llevaba a otro lugar con su Folk y Rock alternativo.

El setlist contuvo 14 canciones, entre ellas se destaca el estreno de su single «La Nueva Guerra» y su próximo sencillo llamado «Otro sabor«, que, según sus propias palabras, vería la luz en plataformas digitales el mes de octubre.

El concierto tuvo de telonero a Angelo Pieratini, llegado de México, entra al escenario con un acompañante y su guitarra, presentando canciones llenas de Folk, y un nuevo sencillo llamado «Soy un Aprendiz«. Angelo dejó un público entusiasmado, saliendo puntualmente a las 21:00, para abrir el telón de lo que sería una gran noche.

Tras el primer espectáculo, vino el principal y lo marcó un inicio cargado de guitarras al son de un Charly Benavente que se mostraba alegre, lleno de energía para lo que seguiría posteriormente. La canción de apertura «Entre Piedras«, de su único disco larga duracion «San Osvaldo«, fue la encargada de abrir los fuegos. Las luces fueron al son de cada paso, un público que sentía la energía, dejando sus celulares de lado o usándolo para subir historias de un momento que daba la bienvenida a la nostalgia. Lo prosiguieron canciones como «Niña«, que mostraban a la banda acompañante llena de sincronización y con la misma energía de un cantante que se perdía entre las luces rojas y azules que inundaban el escenario.

El estilo de ropa usado tuvo gran sincronía, la banda con colores oscuros, grises, azules marinos, amarillos y rojos, y el cantautor con una larga chaqueta entre un verde cerceta o viridián, que mostraba en cada paso de baile la naturalidad del cantante, unos pantalones negros y una camisa amarilla que hacían tener tu mirada sobre él. Charly, era en ese momento quien dirigía la obra y la mirada del público. Entre estos detalles, las luces fueron una herramienta muy importante, ya que ayudaron a adornar un escenario que solo se llenaba de canciones, sin carteles, ni letras, solo musicos y luces que hacían pasar cada página de lo que se veía delante. Los tonos azules y la neblina nos hacían perdernos en baladas como «El mar de tu verdad«, junto a un implacable Benjamin Walker, que transmitió carisma y cariño a todos los presentes. Tal vez luego vendría el punto más bajo, y es normal ya que son estos conciertos de prueba los que construyen su carrera y lo que está por venir. Lo que vendría luego es la canción que nos reunía en esta jornada, que según sus palabras, habla sobre la guerra cibernética en el actual mundo, un tema complicado de abordar del que habla «La Nueva Guerra«. Tal vez una canción de la que falta tener un mejor manejo del argumento y que es difícil de digerir, siendo todo un relato muy superficial en contraste a toda la metáfora y referencias de la vida que nos expresa Charly en sus canciones. Los gustos son subjetivos y en estos espectáculos previos a un nuevo disco de igual forma, a través de las opiniones, el artista puede analizarse una vez más. El arte no para de ser cada día diferente, así como las personas.

Las invitaciones de Benjamin Walker, Yorka, Andrés Landon y Jo Aedo, hicieron que el público se sintiera a gusto, ya que era como un nuevo capítulo en la historia que se escribía a través de esas 14 canciones. Sus participaciones no fueron invasivas. En esto se destaca la participación de Yorka, quien suele acompañar a Charly en sus canciones, y que tuvieron un íntimo y romántico momento, en que parejas del público se abrazaron, siendo arquitectos de un momento único con la canción «Cómplices«. Una balada perfecta para una ciudad que se apagaba a esas horas. Manos tomadas, algunos besos y miradas, completaron un momento perfecto. La participación en tanto de Jo Aedo, que empezó débil y tal vez con algo de nerviosismo según el rostro de Jo, repuntó de forma excepcional cerrando la canción «Otro Sabor«, el próximo sencillo de Benavente, de buena forma. Una canción que Charly a presentado en otras sesiones, acompañado igual y en solitario. Es una incógnita como la escucharemos en su estreno a fines de cuenta.

En el mismo momento íntimo en qué Yorka apareció en el escenario, lo hizo igual un acústico en solitario de Charly con la canción «La casa«, que metaforiza una linda experiencia musical en su vida y tras ello una nostálgica versión acústica de «Hospital«, canción original de Alvaro Henríquez, que hizo estremecer a varios del público que se perdían en una idea que nos daba el cantautor. Un gran tributo a un arquitecto de la música chilena. En esta instancia se destaca igual a la segunda voz, Matias Arriaza, que acompañó a Charly durante la noche. Perfecta sincronía y sensibilidad expresada en cada canción.

El final del concierto vino con la canción «Arauco (Esperame)«, que hizo bailar al público en los asientos de la sala, mover sus pies, aplaudir y cantar. Una canción que se podría etiquetar como el himno de Charly Benavente, dedicada a su pueblo natal. Una canción que te lleva a un viaje por sus recuerdos y su vida.

El concierto fue emotivo, sin duda con experimentos para seguir planificando sus próximos espectáculos. Charly Benavente es un artista joven, en quien se mantienen expectativas altas para sus próximas nuevas canciones. Alguien que se está creando constantemente, a quien la opinión le servirá, así de igual forma el apoyo de lo que ya va siendo un fiel público. Un buen espectáculo, hecho con esfuerzo y profesionalismo, y que promete grandes cosas.

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